Antonio Porchia 

                                                                                                    


Han dejado de engañarte, no de quererte.
Y te parece que han dejado de quererte.

Antes de recorrer mi camino yo era mi camino.

Durmiendo sueño lo que despierto sueño.
Y mi soñar es continuo.

Pueden en mí, más que todos los infinitos,
mis tres o cuatro costumbres inocentes.

Y si llegaras a hombre, ¿ a qué más podrías llegar ?

Nada no es solamente nada. Es también nuestra cárcel.

He llegado a un paso de todo. Y aquí me quedo,
lejos de todo, un paso.

El dolor no nos sigue: camina adelante.

En plena luz no somos ni una sombra.

Mueren cien años en un instante,
 lo mismo que un instante en un instante.

La confesión de uno humilla a todos.

Sí, me apartaré. 
 Prefiero lamentarme de tu ausencia que de ti.
 

Quien dice la verdad, casi no dice nada.